Policiales

Asesinan a una mujer policía en plena calle

Sucedió en Alberti y Las Heras, cuando la víctima estaba en una parada de colectivos. El asesino, tras dispararle, corrió hasta un automóvil y escapó pero fue detenido en Miramar.

 

Una agente de la Policía Local de 33 años fue asesinada esta mañana en Alberti y Las Heras por su expareja, quien la abordó en la vereda mientras esperaba el colectivo: discutió con ella, le arrebató su arma reglamentaria y la mató. Una hora después, el hombre fue detenido en Miramar, todavía llevaba puesta una remera manchada con la sangre de la víctima.

Gisela Romina Varela había salido temprano por la mañana del edificio donde vivía en Alberti al 1500 vistiendo su uniforme de Policía Local, chaleco antibalas incluido y su arma reglamentaria en la cintura. Caminó unos 200 metros hasta la parada de los colectivos 571 y 532, transporte necesario para poder llegar hasta su lugar de trabajo, en el barrio Centenario, donde hacía tareas de prevención.

Gisele Varela (Foto redes sociales)

Cerca de las 6.40 de la mañana, Varela se encontraba en la vereda de la calle Alberti, a unos 20 metros de la esquina de Las Heras, cuando fue abordada por su expareja, un agente de seguridad de camiones de caudales, Alejandro Cejas.

Testigos que se encontraban en la misma esquina, una zona comercial de mucho movimiento que tiene actividad prácticamente las 24 horas, relataron que vieron a la pareja -ella de uniforme de policía y él de ojotas, bermuda y remera- discutir, hasta que en un instante, Cejas le arrebató el arma reglamentaria a Varela y le disparó en cinco oportunidades.

Varela murió prácticamente en el acto, con al menos tres impactos de bala en su cuerpo: dos a la altura del mentón y uno en el cuello. Acto seguido, y con el arma en la mano, Cejas caminó como si nada hasta donde tenía estacionado su auto Toyota Etios y se fue del lugar.

Fueron tantos los llamados al 911 para denunciar lo sucedido, que la línea estuvo prácticamente saturada. En cuestión de instantes llegó el primero de muchos patrulleros al lugar. Luego una ambulancia de Vital, cuyo personal médico constató el deceso de Varela.

Los uniformados preservaron la zona del crimen. Pusieron fajas de seguridad en el perímetro dónde yacía el cuerpo de Varela y luego ampliaron el área, por lo que Alberti entre Lamadrid y Las Heras quedó prácticamente aislada. Además, patrulleros cortaron el tránsito vehicular también en Gascón y Las Heras.

Además de los testimonios de los testigos, que describieron a Cejas y su vestimenta de ojotas, bermuda y remera y que informaron que subió a un Toyota Etios, el crimen quedó registrado por las cámaras de seguridad municipal. Estos datos, sumados a la inmediata identificación de la víctima, hicieron que los investigadores pudieran individualizar al principal sospechoso: la expareja de la policía, Alejandro Cejas y comenzaran a buscarlo por toda la ciudad.

Al revisar las pertenencias de la víctima, encontraron en su bolso una orden judicial, con fecha del 8 de agosto de 2018, en la que la que el Juzgado de Familia N°4 le prohibía a Cejas acercarse a Varela a menos de 300 metros, por una serie de denuncias de violencia de género. Una orden de restricción que, evidentemente, Cejas decidió no cumplir este 8 de enero.

Pasadas las 8 de la mañana, Sergio Alejandro Cejas fue detenido en Miramar por personal de la DDI y policías de seguridad. En primera instancia fue localizado en calle 21 y 30, a solo una cuadra de la Municipalidad, y al intentar escapar caminando, fue aprehendido en calle 23 y 28. Todavía vestía la misma remera blanca descripta por los testigos, pero, tras asesinar a Varela, estaba cubierta de su sangre.

Tras la detención, Cejas fue trasladado en los consultorios de Cuerpo Médico para verificar su condición física y, luego, fue llevado a la Alcaidía Penitenciaria de Batán, donde pasó la noche.

El fiscal Fernando Castro imputó a Cejas por “homicidio agravado por mediar violencia de género (femicidio)” y, en el transcurso del miércoles espera poder tomarle declaración indagatoria en Tribunales.

Por otra parte, el auto de Cejas también fue encontrado en Miramar y quedó secuestrado para posteriores pericias.

Todo lo que sucedió a la mañana fue rápido. La discusión, los disparos, la muerte, la detención. Pero la escalada de violencia de género que sufría Varela no fue rápida. Llevaba meses con precesos judiciales. Llevaba meses queriendo sacar a Cejas de su vida. Exactamente 5 meses desde que el 8 de agosto el juez Juan Facundo Dominoni había ordenado la restricción de acercamiento.

Todo fue rápido. A las 6.40 Varela fue asesinada, cerca de las 8 la Policía Científica ya se había llevado su cuerpo para la morguera, para la posterior autopsia. Luego, una manguera limpió la sangre de la víctima de la vereda y, a las 8.30, los uniformados retiraran las fajas de seguridad y permitieron el tránsito de vehículos y personas. La rutina de Mar del Plata en verano tiene prisa y a pesar de la tragedia que minutos antes había paralizado a muchos, en donde habían asesinado a una mujer, otros y otras estaban parados, esperando el colectivo. La vida continuó rápido para el resto de la ciudad.

 

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